La lógica y experiencia nos dice que cuanto mejor sea nuestra preparación durante el periodo de entrenamiento más probabilidades tendremos de obtener un mejor rendimiento el día de partido. Aquello que hacemos durante la semana, lo trasladaremos al encuentro del fin de semana. Para bien o para mal. Hasta ahí podríamos estar, casi todos, de acuerdo.
El interrogante surge cuando aparece la siguiente pregunta: ¿Preparamos a los porteros para que puedan resolver las situaciones que se encuentran en la competición? Es decir, ¿Las tareas de nuestros entrenamientos simulan situaciones que pueden aparecer el día de partido o por el contrario son ejercicios totalmente descontextualizados? La respuesta dependerá del contexto que analicemos, fútbol profesional o fútbol base.
Durante los últimos 10/15 años se ha visto una notable evolución en el entrenamiento del portero y su metodología. Fueron quedando atrás aquellos ejercicios interminables, de 10 balonazos seguidos a portería, avalados por la creencia antigua de que, cuanto más cansado estuviese el portero mejor habría trabajado. Tareas totalmente alejadas de la realidad del juego. ¿Cuándo se ha visto que un portero pare 7,8,9 balones en una misma jugada?.

 Afortunadamente, la tendencia actual marca que nuestro entrenamiento a mejorado en todos los sentidos. Darle al portero las herramientas necesarias para que pueda resolver las situaciones técnico-tácticas que se le presenten en la competición de una manera eficiente es el principal objetivo de los entrenadores actuales. Esta evolución de la que hablamos, que aún sigue en crecimiento, se debe, principalmente, a la creciente importancia que se le empezó a dar al rol del entrenador de porteros (EdP) dentro de los clubes y del propio cuerpo técnico. Cada vez encontramos EdP más preparados, más formados, más capaces de aportar calidad de entrenamiento a sus porteros. Por ejemplo, desde hace algunas semanas, el Liverpool de la Premier League está trabajando diariamente con dos entrenadores de porteros, luego de  incorporar a su Staff a Claudio Taffarel (ex-portero campeón del mundo con Brasil) para trabajar conjuntamente con John Achterberg. 

 Esta tendencia y evolución se ve claramente en la mayoría de los clubes de élite. Pero.. ¿Qué pasa en “el otro fútbol”? ¿Cómo es esta evolución en el fútbol semi-profesional o en el fútbol base? 

 Aquí la realidad nos muestra otra cosa; la escasez de recursos, la falta de entrenadores capacitados, la falta de proyectos serios, la incapacidad dirigencial, la poca remuneración, el desinterés hacia la portería, etc., son factores que están retrasando la evolución de la preparación de los porteros en este ámbito. 

 Dentro del fútbol base o formativo, diferente es la realidad en las canteras de equipos profesionales. La mayoría de estos clubes tienen estructuras muy completas destinadas específicamente al desarrollo de sus porteros. Posiblemente, estas canteras profesionales son las que más se han desarrollado desde el punto de vista del entrenamiento del portero, dentro del mundo del fútbol. Un claro ejemplo de ello es la cantera del Villarreal CF, institución que le da una gran importancia al desarrollo de sus porteros jóvenes.

 La evolución de la posición ha traído consigo la mejora de la preparación del portero y del tiempo que se le dedica para su mejora. Se han dado grandes pasos los últimos años, aunque aún queda mucho trabajo por hacer, sobretodo en el fútbol menos mediático.